La Policía siguió al pie de la letra otra nueva manipulación de los denunciantes. Según recoge el Tomo XXV (PDF) en su página 35. La Policía, en un informe, señala lo siguiente siguiendo las meras informaciones de los "denunciantes":
Corporación José Gustavo RUBIO LUNA apuntaba a que el Alcalde Antonio
BARRIENTOS GONZÁLEZ ha podido incurrir en una responsabilidad penal,
por haber estado firmando durante estos últimos cuatro años cheques a
nombre de Jaime RICO DONOSO, para eludir el embargo de las cuentas
bancarias de éste. Es decir, si el Ayuntamiento hubiese abonado el dinero que
le corresponde a la concesionaria por los cauces legales, por transferencias
bancarias, estas cantidades hubiesen sido retenidas por la Seguridad Social y
por la Agencia Tributaria. Es importante reseñar que el encargado de pasar a la
firma del Alcalde los cheques fue el antiguo Concejal de Economía y Hacienda
Manuel REINA CONTRERAS, que a su vez era el gestor de las cuentas de
Jaime RICO DONOSO".
Claro, así estaba la investigación en diciembre de 2008, en bragas. Porque, como todo se sabía por "declaración de los denunciantes" pero los denunciantes no aportaban documentación ninguna que avalara sus juicios de valor y conjeturas y aquí no se investigaba nada, como reflejan los interrogatorios y los documentos aportados por los imputados, desmintiendo todos las "acusaciones" (no las hay, sólo existen descripciones genéricas del o de los delitos), vertidas o imaginadas contra ellos.
Así, seis meses después, con numerosa documentación exculpatoria de los imputados, se comenzó a hacer lo que tuvo que hacerse al principio: estudios sobre el patrimonio, como se recoge en las primeras páginas del último tomo abierto el XXV, por parte del fiscal. Y nos damos cuenta que tal reconocimiento es una prueba fehaciente de que no se hizo al principio, antes de autorizar Conejo las escuchas. Contraviniendo lo que el Tribunal Supremo en varias sentencias ha dejado sentado para llevar a cabo escuchas judiciales.
Porque al final se descubre que con un poquito que hubiesen investigado habrían descubierto que tales presunciones no se correspondían con la realidad y, curiosamente y de forma muy especial, sobre todo en el caso de Reina.
En condiciones normales tales presunciones no hubiesen sido aceptadas sin el correspondiente soporte documental, no unas meras copias de convenios al alcance de cualquiera. Por cierto que después de leer este alucinante sumario no se quejará Valadez, no dirá que no se las merece la chorrada de denuncias que a buen seguro le van a llover.
Llama la atención de estos tomos abiertos la falta de cronología en los mismos. Así en el tomo XX, en las páginas últimas se indica que a continuación se va a pasar a tomar declaración a las testigos que, según Escribano, el representante de El Mirador de la Cala, podian dar fe de sus palabras sobre que se encontró con Reina (capítulo comentado anteriormente y que bien pudiera referirse a quien la Policía cree que es su padre: un gran empresario inmobiliario del mismo nombre y apellido). Sin embargo, curiosamente estas declaraciones no aparecen en el siguiente tomo, XXI, ni tampoco en el XXIII.
Tampoco aparece en el sumario, al menos hasta el tomo XXIII, el auto, según el cual, la jueza Isabel Conejo fue relevada de la causa y del Juzgado Nº 1. Así, del último auto de Conejo de día 22 de diciembre, se pasa al siguiente auto de 30 de diciembre, que viene firmado por otra jueza: Doña Virtudes Molina Palma. (página 745. Tomo XXI) (PDF). No al menos en la cronología que correspondería al desarrollo del sumario. Por lo que cada apertura parcial del sumario supone un nuevo motivo de indefensión para los imputados, ya que se ven en la imposibilidad de saber, si quiera, si lo que dice un tomo ahora, te lo va a desmentir el siguiente sobre el que se decrete su apertura.
Reina todavía no ha dicho ni pío. Los que ingresaron en la cárcel han recibido un "Shock post-traumático" del cual aún se están recuperando si es que pueden. Había un dicho popular que decía: El que ríe último ríe mejor. Uy, recuerdo que Valadez era aficionado a los dichos populares y me he acordado de un artículo suyo donde aleccionaba al lector sobre ello.