Disuelta la ejecutiva anterior, presidida por Castro y, por tanto, viéndose éste apartado de los órganos de dirección locales, decide formar una especie de plataforma de descontentos con la decisión provincial y se aglutinan en la mencionada rama socialista, manteniendo su vinculación con el partido, bajo las siglas de Plataforma Cultural Rosas Rojas, en señal de protesta contra los órganos provinciales del partido, de la cual Valadez se ha convertido en su brazo armado e infiltrado en la misma administración local que sus miembros, a regañadientes, tuvieron que abandonar. A pesar de su nomenclatura, su función social real nada tiene que ver con la Cultura; a no ser que se refiera a la del “amiguismo partidista” que tanto practicaron durante casi dos décadas. El verdadero objetivo de esta plataforma, o al menos así lo ha puesto de manifiesto el tiempo, ha consistido en hacer presión para desacreditar a los diferentes gobiernos locales socialistas.
Uno de estos gobiernos socialistas es el que resulta en las mencionadas elecciones del 99, tras el paréntesis en el activismo del partido, en el ámbito municipal, impuesto por el Gobierno con mayoría absoluta del GIL, durante cuatro años 95-99 y, muy especialmente, al último conformado por PSOE (la línea socialista que le desbancó de la dirección local, tanto del partido como del propio Ayuntamiento, en el cual se había mantenido de una u otra forma desde 1979), y PES e IU en 2003. Año y medio después este grupo abandonó el Gobierno local y se sumó al mismo el P.A. Barrientos, quien había sufrido una Moción de Censura en su primer mandato tras la dimisión de Toni Caba, se cubría así las espaldas en este nuevo periplo de gobierno surgido en 2003. El PP, responsable de la Moción de Censura contra Barrientos, y que había conseguido un concejal más que el PSOE, se mantuvo en la oposición
Celebradas dichas elecciones locales (1999), la unión de todos los grupos municipales contra el GIL, impide que éste acceda nuevamente a la alcaldía a pesar de haber sido el partido más votado. Una coalición de Gobierno formada por PSOE, PP, IU y PA nombra alcalde a Antonio Caba Tena pero, imputado en una operación internacional de tráfico de drogas y blanqueo de dinero, en el ejercicio de su profesión de abogado y consultor legal, dimite en 2000. Le releva Antonio Barrientos lo que levanta las protestas entre los miembros de Rosas Rojas porque no llevaba en el partido el tiempo requerido, según los estatutos. Éste sería el principal motivo de la fundación de este segmento socialista esteponero. Además Barrientos era el número 6 por lo que la decisión de los órganos provinciales perjudicó a cuatro miembros anteriores a él en orden de lista.
Antonio Barrientos permaneció en la alcaldía siete meses cuando, en la segunda mitad del año 2000, una moción de censura entre PP y siete tránsfugas del GIL, convierte a Rosa Díaz en la primera edil hasta 2003. Curiosamente este dato se omite en el sumario. Rosa Díaz, quien gobernó con siete tránsfugas del GIL tras la moción contra Barrientos, forma ahora parte del gobierno de Valadez, al igual que lo fue en 2007 con el propio Barrientos, hecho que no se cuestiona, mientras se ataca al PES, desde la prensa y durante todo el sumario, por la relación de sólo dos de sus concejales con el Gobierno de Jesús Gil Marín.
Así, enmarcado en la nueva dirección socialista pero de acuerdo con los postulados de esta facción o en todo caso influenciado por ella, un nuevo miembro llamado David Valadez, quien a la llegada del GIL aún era menor de edad, aparece en escena. Éste, quien siendo presidente de las Juventudes del partido y afiliado desde 1996, tras su mayoría de edad, había sido elegido concejal en 2003, encargado del área de “Bienestar Social”, hace suyas las reivindicaciones (iniciadas tras la primera alcaldía de Barrientos), de la plataforma “cultural” socialista y comienza en 2006 su guerra particular contra su compañero de partido y alcalde...
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